La sexualidad puede generar dudas, malestar o dificultades que afectan a nuestro bienestar. A veces se trata del deseo, otras veces del cuerpo, o de cómo nos relacionamos con nosotros mismos y con otras personas en lo íntimo.
La terapia sexual ofrece un espacio seguro donde poder hablar de todo esto con respeto y sin juicio. Trabajo tanto con personas que acuden de forma individual como con parejas, y en algunos casos también acompaño a cada miembro por separado si es necesario. El objetivo es comprender lo que está ocurriendo, aliviar el malestar y acompañar hacia una vivencia más libre, tranquila y satisfactoria de la sexualidad.